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Golpe de 1976: Día del Recuerdo de la Verdad y la Justicia

El 24 de marzo de 1976 Argentina sufrió su sexto golpe de Estado, un nuevo levantamiento militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, instaurando una dictadura militar permanente, que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional regida por una Junta Militar integrada por tres soldados, uno por cada fuerza. A su vez, la Junta Militar eligió a un funcionario con el título de “presidente”, con funciones ejecutivas y legislativas.

Al igual que la dictadura del 28 de junio de 1966, la Junta Militar sancionó en 1976 un Estatuto y dos Leyes de carácter complementario con jerarquía jurídica superior a la Constitución.

El Proceso estuvo gobernado por cuatro juntas militares sucesivas que nombraban un “presidente”, siendo Bignone el único que no pertenecía a la junta.

  • 1976-1980: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera e Orlando Ramón Agosti
  • 1980-1981: Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini, Omar Domingo Rubens Graffigna
  • 1981-1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo e Jorge Isaac Anaya
  • 1982-1983: Cristino Nicolaides, Rubén Franco, Augusto Jorge Hughes

Con el apoyo de Estados Unidos (excepto durante la administración de Jimmy Carter), y la tolerancia de los países europeos, la Unión Soviética y la Iglesia Católica, que sin dudarlo difícilmente podría sostenerse, el Proceso de Reorganización Nacional, llevó adelante una guerra sucia. en la línea del terrorismo de Estado que violó masivamente los derechos humanos y provocó la desaparición de decenas de opositores.

Durante el mismo período, el gobierno de Estados Unidos apoyó dictaduras militares en todos los países de la región sur de América (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) que coordinaron la represión entre ellos y con Estados Unidos, a través de una organización terrorista internacional. organización llamada Operación Cóndor.

La Operación Cóndor fue una alianza formada entre dictaduras sudamericanas, con apoyo de Estados Unidos, a mediados de la década de 1970, para reprimir las acciones de los opositores. Esta asistencia fue clandestina y no necesitó la autorización de la Justicia. El principal objetivo de las dictaduras latinoamericanas era acabar con el “comunismo”.

El Proceso se caracterizó por la violencia política y la persecución de los opositores, en particular de las facciones de izquierda y derecha del movimiento peronista, con aproximadamente 30.000 personas desaparecidas. El gobierno militar secuestró, torturó y asesinó a miles de disidentes y sospechosos políticos de todo tipo, incluidos médicos y abogados, quienes brindaron apoyo profesional a los perseguidos y establecieron centros clandestinos de detención.

En 1982, el gobierno militar lanzó la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido, en un evento cuyas causas desencadenantes aún son muy oscuras. La derrota infligida provocó la caída de la tercera junta militar y meses después la cuarta junta convocó elecciones para el 30 de octubre de 1983, en las que asumió el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, el 10 de diciembre de 1983.

Los jefes militares fueron juzgados y condenados, y muchos de ellos llevados a prisión, en procesos complejos que duraron años.

La dictadura militar denominada Proceso de Reorganización Nacional fue la última. Sin embargo, entre 1987 y 1990 hubo varias insurrecciones militares, llamadas carapintadas (es), ninguna de ellas logró derrotar a los gobiernos democráticos.

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Lucas Parenti

Militante por los derechos de la vida familiar y colaboradora de ComCausa